martes, 9 de noviembre de 2010

Él hará

Cuando decidí seguir nuevamente a Jesús, el empezó el proceso de restauración, al mismo tiempo empezó a llenarme de sueños, ilusiones, anhelos y deseos… Él se encargó de sembrar esas semillas en mi corazón… ahora… viví un momento en el que esos mismos sueños, anhelos, deseos e ilusiones, empezaron a inquietarme, hicieron que me afanara, la ansiedad empezó a consumir mi tiempo… y empezó a robarme la paz… y esas son exactamente las señales que indicaban que me había aferrado muy fuerte a ellos… Dios me hablo de una forma maravillosa diciéndome que era tiempo de liberarlos… y me enseño a decir: “Señor entrego ante ti mis sueños, anhelos, deseos e ilusiones… Tú mejor que nadie sabes lo que quiero y conoces mejor que nadie lo que hay en mi corazón… pues tus manos fueron las que sembraron las semillas… no quiero vivir más en frustración… Dios yo confió en ti, en tu tiempo, sé que tu sabes que es lo mejor para mí, Padre incluso si no llegaran a realizarse, enséñame a ser agradecido con lo que si tengo, a ser feliz y seguir confiando en ti.”

Quise decirle con eso que mi fe y mi amor están volcados hacia Él y que no hay nada más importante para mí que estar a su lado… con esa actitud estoy seguro que demostramos libertad y alejamos de el enemigo cualquier arma que pueda usar para hacernos sentir defraudados… Dios quiere ser lo mas importante para nosotros, quiere que busquemos al que bendice, no sus bendiciones… por que nosotros somos para Él lo más importante… tan importante que dio a su hijo por nosotros… tal cual Él se lo pidió a Abraham… era lo más valioso que tenia… y estuvo dispuesto a sacrificarlo, trayéndolo al altar… eso mismo me pidió Dios.

Dentro de mí decía… Señor he hecho todo lo que una persona tiene que hacer para recibir lo que pide… pero dentro de mí también escuchaba… “llévalo al altar, si ya hiciste todo lo que pudiste, ya oraste, creíste, sembraste y has guardado mi palabra… solo tráelo a mi altar… todo lo que has necesitado te lo he dado… ¿Por qué sería diferente ahora?” Estoy seguro que en el momento en el que lo entregue, Dios tomo mis sueños, anhelos, deseos e ilusiones en sus manos y empezó a trabajar en ellos otra vez… y oré “Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos…”

De momento quede sin palabras y fue Él quien tomo la palabra… diciendo:

Cuando veas una puerta cerrase, confía, cuando todo parezca decepcionante, confía, realmente lo que ha sucedido es que has dado un paso más en este proceso en el que yo te llevo a donde quiero tenerte, te coloco en el lugar preciso para bendecirte… no te sueltes de mí, confía, yo soy quien dirijo tus pasos, en mí esta lo mejor para ti, tu no dependes de tus sueños… tus sueños dependen de mí… no dejes de orar, no dejes de creer, sólo deja de preocuparte por lo que sucede, esfuérzate, se valiente, da lo mejor de ti a cada instante, yo tengo el absoluto control de tu vida, confía, yo saciare cada una de tus necesidades, pues las conozco todas, te daré lo mejor, yo lo haré… la semilla yo la plante, esta sembrada, sigue orando, sigue creyendo, mantente en fe… confía en que estoy trabajando por eso y que te lo daré en el mejor momento y de la mejor manera, Así dice la Escritura: «Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado.»

Haroldo Martínez

Guatemala 307/2010