viernes, 16 de abril de 2010

La llave esta en tus manos...

Muchas veces pensamos que perdonar es un regalo que podemos privarnos de dar a la gente que nos rodea, “porque si no los perdono, ellos van a sufrir…” sin darnos cuenta que simplemente estamos encerrándonos en un cuarto pequeño llamado amargura y por el afán ser de “no darle el privilegio” a la gente de recibir nuestro perdón, no nos damos cuenta que estamos nosotros privándonos de mil bendiciones y de el perdón mismo… cuando hacia este estudio bíblico fue impresionante porque me encontré cosas en mi corazón, que dude haber perdonado, decidí que prefiero perdonar mil veces la misma cosa a correr el riesgo de no perdonarlo y encerrarme en ese cuartito oscuro de la amargura…

Es exactamente lo que le ocurrió a Saúl, Rey de Israel, cuando su corazón empezó por sentir celos de David, empezó a desviarse de la senda recta de Jehová, En Contexto Jehová respalda todo lo que David hace y por tanto, Saúl llena su corazón con resentimientos y celos, los cuales empiezan a encerrarlo en esa prisión de amargura de la cual hablábamos, Jehová permanece al lado de David y se aleja de Saúl, aun cuando Jehová entrega a Saúl en las manos de David, su corazón lleno de perdón hace que no tome la vida de Saúl, David estaba oculto en unas cuevas huyendo de la persecución que Saúl estaba comandando contra él, Saúl se ve en la necesidad de entrar a la cueva a “cubrirse los pies” y David pudo matarlo ahí, pero sólo corta un pedazo de su manto y cuando Saúl sale de la cueva atrás de él sale David, a decirle que no es justo que él quiera matarlo, pero que Jehová si es justo y que Jehová sea el juez de su situación, David dice algo sumamente importante es ese momento… David le dice a Saúl que Jehová tomara venganza por él, David perdono… y Saúl lloro al ver como un corazón lleno de perdón era respaldado por Dios, pero ni su llanto fue escuchado debido a que él estaba encerrado en esa prisión de amargura en la que había decidido refugiarse, esto me dejo con la boca abierta… porque significa que cuando tú mismo te haces prisionero de esa celda de amargura… Dios no escucha tu clamor ni tu llanto…

El Perdón es un mandamiento, pero más que un mandamiento es un regalo del Cielo, que Dios te da en el momento en el que lo dejas entrar a tu vida… Cuando le dices a Jesús que entre en tu corazón y que sea él quien gobierne tu vida y lo declaras tu salvador y redentor, Jesús entra en tu vida con todo lo que él es… Amor, Perdón, Misericordia, Bondad… Dios mismo es el que está entrando en tu vida, por eso te pide y te demanda que perdones porque él ya te dio ese perdón… y solo quiere que lo compartas, no puedes negarlo, porque después ese perdón se vuelve una moneda de cambio… en el que al perdonar tu a todas aquellas personas que te ofenden, recibes el perdón de Dios por todas las ofensas que tú haces…

El perdón no es una opción… pero sobre eso… es una llave que te abre la puerta de la prisión de amargura, que te deja salir a una vida de libertad, llena del amor y bondad del Señor… la falta de perdón es una cadena que te ata a tu pasado… es hora de ser libre… abre la puerta de esa celda y deja que tu espíritu se deleite en la presencia y bondad de Dios, no te mientas a ti mismo creyendo disfrutar el presente… si aun estas dentro de ese cuartito de amargura… amarrado a tu ayer… sal de ahí… ve la luz del sol brillar… déjate llevar por ese aire fresco que se respira en la presencia de Dios, hoy es el día que hizo el Señor… no mañana, no dentro de un mes, no cuando obtengas ese trabajo, no cuando al fin dejes esas adicciones, no cuando al fin encuentres a esa persona… hoy es el día… la luz de Jehová ya está sobre ti… no vivas un día más en esa oscuridad… sal de ahí y deja que el calor fulgurante del amor de Dios ilumine tu rostro… hoy es el día… YO me gozaré en la infinita misericordia y en ese eterno e infinito amor que me ha regalado mi Padre.